La mirada de una persona nos dice muchas cosas de ella.
Ayer fui de excursión a la montaña y la que nos lideraba al llegar nos ofreció a cada uno una gran sonrisa y un beso y sentí que era muy sincera porque leí en sus ojos alegres y brillantes que nos daba la bienvenida con alegría y afecto. Este gesto benévolo me encantó porque me sentí acogida y cuidada por esta persona durante todo el día.
Algunas personas hacen el mismo gesto pero puedo sentir que se trata de una actitud no sincera que la puedo leer en sus ojos y lo que recibo es frialdad y siento que la persona solo expresa este gesto por educación y para quedar bien.
Pude sentir la mirada perdida de mi amiga, enferma de Alzheimer que murió el pasado mes de enero del año 2024. Al principio de mi visita a la residencia como no me conocía su mirada no expresaba nada y a medida que estaba cerca de ella y la estimulaba, le hablaba con mucho afecto y la acariciaba, su rostro se iluminaba y sus ojos brillaban llenos de amor y agradecimiento y su reacción me llenaba de alegría y amor por ella.
Cuando trabajaba, muchas veces, había sentido la mirada de un compañero que sentía que no era sincero conmigo y estaba llena de falsedad y a lo mejor también de envidia reprimida, por todo ello no me sentía cómoda a su lado.
En mi escalera a veces me encuentro con unos padres y su bebé y cuando le digo algo al niño con una sonrisa afectuosa, el niño me sonríe muy contento con una mirada muy pura que me encanta porque está llena de alegría y entusiasmo. La mirada limpia, transparente y inocente de un niño es el ejemplo perfecto que los adultos tendríamos que tener para poder mostrar con la mirada lo que pensamos, hacemos y sentimos en aquel momento en total coherencia para que, de esta manera, cada vez seamos más auténticos.
Hay personas que cuando se enfadan con alguien miran al otro de manera iracunda: esto está bien si su mirada expresa su sentimiento siempre y cuando después sea capaz de hablar con la persona y ambos puedan aprender algo y de esta manera se puede liberar de este sentimiento negativo sin rencor, en este caso la persona también ha actuado con coherencia y ha conseguido resolver las diferencias que tenía con el otro; pero si con este rencor lanza su agresividad al otro sin explicaciones esta reacción hace daño al que la recibe y también a la persona agresiva.
Hay personas que no pueden soportar mirar fijamente a otro y enseguida bajan la mirada, a mi me ha pasado alguna vez haciendo un ejercicio de conexión visual en una coral de Góspel con el fin de mejorar la comunicación entre nosotros; yo era capaz de fijar mi mirada en la otra persona y ella no podía y cerraba los ojos. No sé muy bien como interpretar esta actitud, pero se puede tratar de una actitud de inseguridad, miedo etc. pero lo que si es cierto es que a la persona que le ocurre esto debería averiguar por qué le pasa para que pueda trabajarlo y pueda superar esta actitud que la bloquea.
También hay miradas de tristeza de una persona que ha perdido un ser querido y no puede disimular su profundo dolor ya que sus ojos hablan por si solos. Hay también muchas otras emociones que se expresan con los ojos como: entusiasmo, decepción etc.
Hace poco estaba escuchando a un comunicador que hablaba de un maestro espiritual muy elevado y decía que éste cuando miraba a los ojos de una persona podía ver dentro de ella todas sus otras vidas.
Concluyendo quiero decir que como dice un dicho popular: “la mirada es el espejo del alma”. La mirada nos dice muchas cosas que es importante observar con una actitud tranquila y silenciosa.
20 de febrero de 2025

