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La relación de los niños y jóvenes con las personas enfermas de Alzheimer y otras demencias

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La mayoría de los niños y jóvenes acostumbran a tener una buena relación con sus abuelos, los cuales en general tienen un trato muy tierno con sus nietos que resulta muy reconfortante para ambos, ya que los abuelos no piden nada a cambio y el contacto con ellos, especialmente cuando son niños, acostumbra a ser juguetón, nutritivo y lleno de amor; a los niños les reconforta esta conexión, ya que sus padres acostumbran a no tener este tipo de relación con sus hijos, que sin duda es afectuosa pero deben inculcar normas.

Cuando alguno de estos abuelos empieza a perder la memoria al principio los niños y jóvenes no son muy conscientes ya que la relación entre ellos es de disfrute y afecto, pero a medida que las pérdidas de memoria son más grandes les desconcierta un poco, es en este momento, e incluso antes, cuando los padres juegan un gran papel con el fin de que la relación entre niños y jóvenes con sus abuelos continúe y sea gratificante para ambos.

Es importante que los padres hablen con sus hijos y les expliquen el estado del abuelo o abuela, que, aunque al principio de la enfermedad no lo parezca, han de comprender que está enfermo y ya no les puede explicar tantas cosas como hacía antes, ya que está perdiendo la memoria; tampoco les puede cuidar como habían hecho hasta este momento; por esta razón es benéfico que los padres de estos niños i jóvenes expliquen la nueva situación a sus hijos una vez que estos han aceptado de corazón la situación de que su padre o madre sufre esta enfermedad y así, hablen con sus hijos de manera serena, con respeto y naturalidad, explicándoles la importancia que la relación entre abuelos y nietos continúe como siempre, ya que de esta manera se beneficiará el abuelo que tendrá un  estado de ánimo más  alto y también el niño o joven que seguro podrá ofrecer al abuelo la ternura y el afecto que éste le ha ido dando desde que nació. Pero sin duda, la relación que los adultos tengan con la persona enferma es el mejor ejemplo a seguir por parte de los niños y jóvenes.

Se han escrito muchos libros de cuentos que describen con dibujos y palabras este cambio en el comportamiento de los abuelos; acostumbran a ser relatos llenos de sensibilidad que los niños entienden, estos libros pueden ayudar a los padres a explicar la enfermedad a sus hijos. Como ejemplo nombro este que es uno de los muchos títulos que han salido y que ayuda a que los niños entiendan mejor a las personas enfermas con alguna demencia: “la iaia necessita petonets” (la abuela necesita besitos) Autoras: Ana Erguia y Carme Sala –Editorial Preteu. De esta manera, los niños y niñas pueden comprender de una manera lúdica lo que significa que su familiar padezca esta enfermedad.

El blog de la Fundación Pascual Maragall dice: “para promover la relación entre la persona con Alzheimer y el adolescente es importante involucrarlo en la tarea de cuidarla, pero de forma moderada” …   … “en general los niños y adolescentes son muy observadores y captan más las situaciones que les rodean de lo que suelen mostrar, y a la vez son muy flexibles y adaptables” … …” es muy importante no dar por descontado que no necesitan saber o que es mejor mantenerlos al margen; los niños y adolescentes necesitan respuestas y explicaciones adaptadas a su edad y capacidad de entendimiento”

 Hace poco, leí en el Facebook un proyecto que se está llevando a cabo en una residencia de personas con demencia en colaboración con una guardería cercana, en la que los abuelos de la residencia que están en buenas condiciones se relacionan con los bebés durante un rato; les acarician y les sonríen y esta relación está siendo muy benéfica para los abuelos y para los niños.

Como conclusión, quiero decir que las relaciones de afecto de los niños y adolescentes con las personas con demencia son muy importantes para estos enfermos, ya que aunque vayan perdiendo la memoria, siguen teniendo intacta la memoria del afecto, porqué nunca olvidan las muestras de amor, y cuando la enfermedad evoluciona y ya no les reconocen siguen captando su afecto y también reconocen su energía la cual les resulta familiar, por todo ello las personas enfermas son más felices y su deterioro es más lento.

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