Empezamos el año 2023 y siento que es muy importante hacerlo ligeros de equipaje, una cualidad para sentir esta ligereza es tener sentido del humor, de esta manera el estado del cuidador y de la persona enferma es mucho mejor.
El buen humor nos llena de una energía positiva que beneficia nuestro estado de ánimo y también nuestra salud.
Cuando mi madre estaba en la residencia, las cuidadoras y algunos familiares teníamos mucho sentido del humor ante algunas situaciones de las personas enfermas que aparentemente no parecían muy agradables, pero nosotros les dábamos la vuelta.
Por ejemplo, mi madre, a medida que fue perdiendo movilidad, su cuerpo cada vez pesaba más y las auxiliares les costaba cambiarle el pañal, un día me informaron de la situación y me dijeron que se veían obligadas a hacerlo con una grúa. A mí, al principio no me gustó la idea, pero me dijeron que fuera a la residencia para ver como lo hacían para que me quedara tranquila; cuando fui, mi sorpresa fue que mi madre estaba encantada cuando la subían a la grúa para cambiarle el pañal ya que sonreía muy complacida; entonces acepté la situación, me puse a reír y les dije: “está encantada, creo que ella cree que la habéis subido a los caballitos” y las auxiliares y yo nos reímos un rato y como más nos reímos más se reía mi madre; en lugar de dramatizar la situación y comentar, con una actitud de tristeza,: “ que pena, pobrecita, como se ha de ver …”, le dimos la vuelta a la situación y todas nos sentimos beneficiadas y con la moral alta.
Cuando sonreímos de manera genuina es contagioso y es también muy beneficioso para la salud. Hace poco participé en un taller de Taichi y me gustaron mucho los movimientos harmoniosos que hacíamos. Teníamos la mente muy enfocada en cada movimiento, pero lo que más me gustó fue lo que nos recomendó el profesor mientras estábamos haciendo la actividad, nos dijo que la realizáramos enfocándonos en una sonrisa en nuestro corazón, primero me sorprendió, pero después lo intenté y me di cuenta que cuando estoy en paz y contenta, puedo apreciar que mi corazón está sonriendo. Y esta actitud mía desprende una energía positiva poderosa que impregna a mi entorno de buena armonía.
Me considero una persona positiva, casi siempre veo el vaso medio lleno, y reconozco que esta actitud me ha aportado grandes beneficios a mi vida, no me puedo quejar, no porque mi vida sea de color de rosa, sino porque soy capaz de dar la vuelta y aceptar las situaciones no tan favorables que vivo ya que, como todos, he vivido situaciones difíciles y dolorosas que he tenido que superar.
Como dijo una vez Joan Manuel Serrat en una entrevista, después de superar una intervención quirúrgica de corazón: “todos en la vida pasamos por situaciones complicadas, lo más importante es como las afrontamos, ya que la misma situación puede ser un drama insoportable para una persona y para otra, que acepta la situación con benevolencia, se convierte en un hecho más fácil de llevar”
Nuestra mente es muy poderosa y puede crear y hacer realidad lo que pensamos, es por ello que soy partidaria de no enfocarnos de manera reiterativa en situaciones negativas, porque les estamos dando fuerza para que se conviertan en reales; en cambio, si las aceptamos de manera natural y no nos enfocamos en ellas, sino que por el contrario las afrontamos, las aceptamos y buscamos una solución, es muy posible que la vida nos vaya mucho mejor.
Para concluir quiero decir que vivir la vida con una mente tranquila, positiva, alegre y con sentido del humor nos aporta beneficios a nosotros, a nuestros enfermos y a nuestro entorno.
20 de enero de 2023